Es la
retribución a la inversión que se otorga en proporción a la cantidad de
acciones poseídas con recursos originados en las utilidades de la empresa
durante un periodo determinado y podrá ser entregado en dinero o en acciones.
La decisión de pagar dividendos a los accionistas es adoptada por la Asamblea
General la que a su vez indica la periodicidad y forma de pago de los mismos.
Los dividendos podrán ser repartidos en dinero o en acciones. Si se
reparten en dinero, por cada acción poseída se recibirá cierta cantidad de
dinero, la cual será determinada por la asamblea General de Accionistas. Si se
reparten dividendos en acciones, se recibirá una (1) acción por cada X acciones
poseídas (ejemplo, se recibirá una (1) acción por cada cien (100) poseídas).
La repartición de dividendos se decide anualmente en la Asamblea General
Ordinaria. Los dividendos serán cero (0) si se decide no decretar dividendos.
Así mismo, si se decretan dividendos, su valor puede ser tanto como la Asamblea
disponga dependiendo de las utilidades de la compañía y las reservas que la
misma posea.
La cuenta de “dividendos” es una cuenta del Pasivo del Balance, que se
origina en el momento en el que la empresa decide dedicar parte del beneficio
obtenido a pagar a los accionistas.
Hay que tener claro que se trata de una cuenta del Balance y no de la
Cuenta de Resultados: ya que el pago de dividendos no afecta en absoluto al
beneficio obtenido por la empresa.
Una vez que se obtiene el beneficio final, se cierra la Cuenta de Resultados
(ya no se contabilizarán más ingresos ni gastos) y esta cifra de beneficio
final se lleva al Pasivo del Balance, como una partida más de los fondos
propios de la empresa (junto con el “capital” y “reservas”).
Posteriormente, la empresa decidirá cómo distribuir ese beneficio, que
parte dejará dentro de la empresa y que parte destinará a los accionistas, pero
esto tan sólo originará movimientos dentro del Balance, sin ninguna repercusión
en la Cuenta de Resultados.
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